Eres la tierra sagrada de Dios,
Porque como tú, no hay dos,
Sí, solamente tú, la hermosa entre las bellas,
Tierra querida de San Rafael La Independencia,
A ti, hoy dedico estos nobles versos.
Tú que abrazas a los tuyos como ninguna,
Tus hijos con singular nobleza,
Tus hijas de sin igual belleza,
Amado terruño Rafaeleño,
De inolvidables recuerdos de antaño.
A ti pueblo querido del norte Huehueteco,
Dedico y consagro estos sencillos versos,
Salúdote y por siempre en tu nombre,
Tierra fría, de cálidos amigos,
Y de hermosas y bellas mujeres.
Salud a todos y por todos,
Como olvidar aquellas grandes ferias…
Como arrancar del alma tus sones,
Como no llorar por tus recuerdos
Si eres eternamente un pueblo querido.
Dios me hizo conocerte San Rafael,
Para conocer la felicidad en ti,
En el vaivén de tus mujeres al ritmo del son,
Los llevaré siempre en mi corazón,
Como tú, pueblo bendito de la Independencia.
Tierra de noble y sinceros Akatekos,
Cuna de hermosísimas princesas,
Terruño de hombres trabajadores,
Rincón de la nobleza Maya,
Por ti, clamaré por siempre estos versos.
Bajo tu inmenso azulado cielo,
Y sobre tu fértil y noble suelo,
Florecen noblemente tus bellas mujeres,
Que al ritmo nostálgico del son,
Hoy me arrancan la lágrima del recuerdo.
Eternamente sea tu existencia San Rafael,
Es un orgullo y bendición escribirte,
Salud por siempre pueblo de la nobleza,
Nunca olvidaré tu jardín de incomparable belleza,
Siempre bendecida por la madre naturaleza.
Adiós tierra sagrada Akateka,
Me voy como un son de despedida,
Con ritmo y frente levantada,
Te llevaré siempre en mi corazón,
Pues eres en mi existencia una buena razón.
Autor: Francisco Toñyn.